Hay varios problemas potenciales que pueden surgir cuando se utilizan pernos de alta resistencia. Aquí hay unos ejemplos:
Apriete excesivo: los pernos de alta resistencia requieren valores de torsión específicos para garantizar una instalación adecuada. El apriete excesivo puede conducir a concentraciones de tensión y fallas eventuales.
Apriete insuficiente: si los pernos de alta resistencia no se aprietan lo suficiente, es posible que no puedan soportar las cargas para las que están diseñados y también pueden fallar.
Fatiga: Los pernos de alta resistencia son susceptibles de fallar por fatiga si se someten a ciclos de carga repetidos. Esto puede hacer que se desarrollen y crezcan grietas microscópicas, lo que eventualmente puede provocar la falla de los pernos.
Corrosión: la corrosión puede debilitar los pernos de alta resistencia con el tiempo, especialmente si están expuestos a ambientes hostiles como agua salada o sustancias ácidas.
Instalación incorrecta: Los pernos de alta resistencia requieren procedimientos de instalación específicos para garantizar que estén correctamente asentados y apretados. Cualquier desviación del proceso de instalación recomendado puede provocar la falla del perno.
Materiales no coincidentes: si se utilizan pernos de alta resistencia con materiales incompatibles, como metales diferentes, puede provocar corrosión galvánica y fallas.
Es importante considerar detenidamente los requisitos de diseño y aplicación de los pernos de alta resistencia y seguir los procedimientos de instalación adecuados para minimizar estos posibles problemas.